miércoles, 4 de enero de 2012

Trabajando por la igualdad


Hoy me gustaría acercaros a una de las actividades que en estos días estoy haciendo con los chavales del centro en el momento en el que realizamos deporte. A lo mejor os parece una tontería pero yo creo que es a través del juego donde podemos ir inculcando una serie de valores en los pequeños que el día de mañana serán los que transformen esta sociedad, valores con los que ir rompiendo con ciertas costumbres y estereotipos y que hagan entender a los chavales que todos somos iguales, sobre todo en el tema de la diferencia de género.

Como la mayoría supondréis la sociedad marroquí, y por lo general la sociedad islámica, tiene un marcado carácter machista, por lo general el papel de la mujer suele ser más bien secundario, queda relegada por lo general al mantenimiento del hogar y a la crianza de los hijos, y suelen estar siempre sometidas al mandato de un hombre, cuando son jóvenes al de su padre y cuando se casan al de su marido o, incluso a veces, al del padre de su marido. Un ejemplo de esto que os comento lo podíais leer hoy en la prensa digital, el caso de una chica afgana que ha sido brutalmente agredida se supone que por la familia de su marido por negarse a ejercer la prostitución.
Que todos somos iguales es una cosa innegable que debemos trabajar desde la más tierna infancia

En este panorama es en el que se crían los niños marroquíes de hoy en día, los hombres del mañana, los que de aquí a unos pocos de años serán los que marquen el ritmo y el rumbo de hacia donde se dirija la sociedad marroquí, ante esta situación a mí desde mi posición y con los recursos que tengo se me ha ocurrido que a través del deporte podemos fomentar la igualdad, en primer lugar mostrando que todos somos iguales a la hora de hacer un deporte, todos sufrimos de la misma manera, el tema de las capacidades es distinto pero el tema del esfuerzo es igual tanto para los chicos como para las chicas, y en segundo lugar poniendo en valor el trabajo de las niñas, haciéndoles ver a todos, ellos y ellas, que con ganas y trabajo todo se puede lograr, por difícil que parezca.

Es por esto que hoy hemos celebrado el primer partido de fútbol sala por la igualdad, la verdad es que la idea tampoco es una cosa extraordinaria, pero nos ha servido para la integración y la cooperación entre los chicos y las chicas de quinto y sexto de primaria del centro. El partido ha consistido en un ejercicio de ayuda mutua y cooperación que tenía como peculiaridad que, pareciendo un partido de fútbol más, sólo computaban los goles que fueran marcados por las chicas, sé que eso es discriminación positiva, pero cuando el trato a la mujer es tan deplorable nunca está de más hacer esas distinciones. Así los equipos estaban compuestos por dos chicos y dos chicas, los chicos siempre eran porteros, la verdad es que al principio no les ha gustado mucho la idea, preferían un partido de fútbol normal, un momento en el que poder recrearse haciendo todas las filigranas posibles y regateando una y mil veces a los contrarios antes de tirar a puerta, pero poco a poco han ido entrando en la dinámica y han ido buscando la participación de las chicas para conseguir los goles que les hicieran ganar el partido, incluso las animaban a chutar e intentaban por todos los medios dejarles el balón fácil para que pudieran lograr los deseados goles.
Rompamos con los tópicos e integremos a todo el mundo a través del deporte.

Soy consciente de que por un partido de fútbol así no se va a conseguir nada, pero poco a poco sí que se puede ir haciendo llegar a los chavales la idea de que todos somos válidos, de que uno no es mejor por ser chico, de que por ser chica no se pueda jugar a la pelota y haya que estar jugando a las muñecas, no sé si no somos conscientes de que es en esas edades cuando estamos más permeables para que todo este trabajo de educar en valores vaya calando más hondo en la actitud de los chicos, y como dije antes las cosas que uno aprende a través del juego suele recordarlas para siempre.

En definitiva hoy desde mi posición, y de la manera más sencilla que se me ha podido ocurrir, he intentado que todos esos niños que hoy tienen once o doce años y que en pocos años serán quienes tengan el mando de la sociedad, aprendan a trabajar en igualdad, que les vaya llegando a sus cabezas que todos somos iguales, hombres y mujeres, que todos podemos lograr nuestros objetivos, por imposibles que puedan parecer en un principio, si trabajamos unidos, como si fuésemos uno solo.

 Un fuerte abrazo para todos, ¡¡SED FELICES!! y para los tardones, terminad de escribir ya vuestras cartas a los Reyes.

1 comentario:

  1. A parte del significado que quieres transmitir, me gusta último párrafo: SINERGIA.

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